dissabte, 24 de gener del 2009

Entrevista a Josep Cuní

El Periódico de Catalunya, martes 13 de enero de 2009

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- Es usted un equilibrista, señor Cuní.
Me sale espontáneamente. Yo soy Libra, y sabrá que los Libra vivimos en las esquizofrenia más absoluta porque luchamos para encontrar el equilibrio que no tenemos. Ya ve, hasta aquí he llegado a interpretarme... Me tengo por complicado.

- Pues parace gustarse mucho.
¡Desde ningún punto de vista! No me gusto físicamente, no me gusto expresivamente... ¡No me gusto! Nunca me he gustado.

- Cuesta de creer.
Uno de mis problemas -y eso tiene que ver con el tipo de educación que recibí, marcada pr la premisa de que antes es la obligación que la devoción- es que no me permito a mí imsmo disfrutar de un rato de felicidad. Mi nivel de autoexigencia es tal que, en el momento en el que logrado algo, me planteo qué pasará luego. Cuando acaricio el éxito pienso: "¿Cuándo me llegará el fracaso?". Estoy enfermo de responsabilidad, cosa que no le deseo a nadie... No es cómodo para Josep Cuní convivir con Josep Cuní.

- Su equipo piensa como usted.
Soy duro, pero sé encajar bien, ¿eh?. Después de cinco años juntos -desde las seis de la mañana a las tres de la tarde-, nos discutimos pero acabamos riendo. Eso me llena de satisfacción. Me hace levitar. Porque sin cohesión es imposible que haya buenos resultados. Yo sé perfectamente qué imagen proyecto y también sé que luchar contra esa imagen es perder el tiempo.

- ¿Qué imagen diría que proyecta?
La imagen de soberbio, de orgulloso. ¡Es una coraza! Soy tímido. Me siento inseguro. ...

-¡De ahí la temperatura Cuní!
... Siempre hay un momento de la jornada en el que me veo como un principiante.