dimecres, 14 d’octubre del 2009

Uno sólo tiene lo que da - Isabel Allende

La Contra - La Vanguardia 01/10/2009

-¿Aprendió algo (sobre la muerte de su hija Paula a los 29 años)?
... El aprendizaje fue que uno sólo tiene lo que da.
Todavía me conmueven y me apasionan las mismas causas, pero ya no me interesan las cosas y no trato de controlar. ¿Para qué, si la vida es incontrolable?
Uno no alcanza a ponerse al día cuando la vida ya está cambiando de nuevo. Esa falta de control que antes me creaba angustia ahora me da una gran libertad, ya no me aferro; y eso no me hace apática o cínica, sigo luchando por las injusticias.
... Las cosas que me interesan son muy pedestres: mi familia, mi mamá (mi amor más antiguo), mi marido, mi perro y unos pocos amigos.

-¿Que le enamoró de Willie (su marido)?
... su fortaleza: cada vez que la vida le pone de rodillas se vuelve a poner de pie, y no le echa la culpa a nadie, ni a si mismo.

-¿Teme a la vejez?
... Grace (mi mejor amiga) tuvo un accidente de coche que la dejó en una silla de ruedas. Era una mujer independiente y atlética y hoy sólo puede mover un dedo. Mi primer pensamiento cuando despertó del coma fue: "Mejor que se hubiera muerto", pero lo primero que Grace dijo fue: "Qué bueno estar viva".
Grace me ha enseñado que la dependencia física no es lo peor. Está en un viaje hacia el alma que no habría tenido oportunidad de hacer en otras circunstancias. Está donde su compañera (su pareja lesbiana), tras cincuenta años de budismo, nunca va a llegar. El otro día me dijo: "Ahora puedo terminar los pensamientos". Andamos tan atareados que los pensamientos se suceden incompletos, sin nutrirnos.